Obtener un préstamo es una necesidad de cada día más personas, que se ven abocadas a solicitarlos en numerosas entidades bancarias a fin de conseguir su propósito. Sin embargo, dentro del sector de los préstamos monetarios, los de mayor auge en la actualidad son los conocidos como “Préstamos Rápidos“, estos, son una serie de créditos personales otorgados en su mayor parte por entidades financieras diferentes a los bancos.

Estas entidades, se caracterizan por varios rasgos. En primer lugar, los requisitos para obtener un préstamo de estas características son mucho menores a los que se suele requerir por parte de un banco o caja de ahorros. Esto, provoca que dichos préstamos sean concedidos (o denegados) en un breve plazo de tiempo, lo cual ha popularizado su presencia en el mercado de los préstamos.

Pero no todas son ventajas, ya que este tipo de préstamos tienen como contrapunto el hecho de tener unos intereses mucho más altos que un préstamo convencional.

Además, otra de las desventajas más típicas de los préstamos rápidos o “préstamos express” es que en muchas ocasiones, en caso de impago de los mismos, estas financieras, utilizan métodos menos ortodoxos para reclamar las cantidades adeudadas a los prestatarios. Métodos que varían en función de la compañía y que pueden llegar a ser practicamente “de acoso”.

Por tanto, es importante tener en consideración a que empresa vamos a solicitar un préstamo rápido, e informarnos convenientemente acerca de sus intereses, formas de pago y “metodos de cobro” . De este modo conseguiremos ganar en tranquilidad y seguridad a largo plazo.