Los préstamos con garantía hipotecaria son una forma de financiamiento que permite a las personas obtener una cantidad de dinero en función del valor de su propiedad. Estos préstamos se conocen también como préstamos garantizados o préstamos de segunda hipoteca.

El mecanismo de estos préstamos es bastante sencillo: el prestatario ofrece su propiedad como garantía para el préstamo, y el prestamista acepta esta garantía y otorga el préstamo. En caso de que el prestatario no pueda pagar el préstamo, el prestamista puede tomar posesión de la propiedad y venderla para recuperar el dinero prestado.

El monto del préstamo con garantía hipotecaria depende del valor de la propiedad y de la cantidad de capital que el prestatario tenga disponible. Los préstamos con garantía hipotecaria suelen ser más grandes que los préstamos personales no garantizados, ya que la propiedad garantiza el pago.

Los préstamos con garantía hipotecaria suelen tener tasas de interés más bajas que otros tipos de préstamos, ya que la garantía reduce el riesgo para el prestamista. Además, el plazo de pago puede ser más largo, lo que permite al prestatario pagar una cuota mensual más baja y tener más tiempo para devolver el préstamo.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que los préstamos con garantía hipotecaria también tienen sus riesgos. Si el prestatario no puede pagar el préstamo, puede perder su propiedad. Además, los costos asociados con la obtención de un préstamo con garantía hipotecaria pueden ser altos, incluyendo costos de tasación.