En el artículo de hoy queremos hablar de los préstamos personales algo que ha existido siempre pero que en los últimos 20 años se ha convertido en algo básico de la economía mundial. Para la mayoría de inversiones la gran parte de la población no tiene el dinero necesario para empezarla y por ello decide conseguirlo por otro lado, ya sea conocidos, amigos, bancos, familiares u empresas de créditos rápidos.
Para aventurarnos a pedir un préstamo personal hay que estar muy seguros de lo que queremos conseguir con él y ver cuál sería la forma de conseguirlo con los menores intereses posibles ya que como todo en esta vida tiene un precio y un préstamo personal no iba a ser menos. Un profesor mío de economía decía que para tener un buen negocio hay que tener el 40% del negocio sin dinero nuestro, es decir, con un préstamo que pagaremos a lo largo del tiempo. Yo cuando escuché esta afirmación me pareció una estupidez, ya que en qué cabeza cabe que si tú tienes 200€ y necesitas esos 200, vayas a un banco y se los pidas a sabiendas de que vas a tenerlos que devolver con intereses. Pero la realidad es que si la empresa funciona bien, a la larga es mejor ya que con esos 200 tuyos podrás pagar otras cosas o invertir en mejoras de otro tipo. Pero en el artículo de hoy no hablaremos de ese tipo de préstamos, lo haremos de acuerdo a los personales que son mucho más sencillos y al alcance de nuestras mentes con conceptos de economía básica.
Primero empezaremos con el concepto: Un préstamo personal es un tipo de producto financiero que te permite obtener dinero a partir de una entidad financiera a cambio de devolverlo en el tiempo con el extra de unos intereses previamente pactados. Lo normal sería devolverlo en plazos mensuales pactados pero a veces se realiza de otras maneras en función de lo que al cliente le interese. El apodo de personales, lo recibe en base a que toman los bienes de la persona que lo pide como aval, por si en el futuro no pudiera devolverlo. Ahora pasaremos a explicar los pasos que hay que realizar para conseguirlo:
· Lo primero de todo es buscar quién nos lo pone más sencillo y con unos intereses más bajos. Para ello buscaremos un comparador de préstamos que en internet hay muchos y nos informaremos antes de contratarlo. Es recomendable mirar en varias de estas páginas ya que han mejorado mucho con el paso del tiempo pero aún a día de hoy siguen teniendo fallos y no son del todo fiables. Sirven de orientación para posteriormente ir a la web oficial de la entidad financiera y contratarlo desde allí si es que nos atrevemos, sino bastará con ir a la sucursal más cercana a nuestra casa para hacernos con el servicio deseado. A veces es recomendable ir ya que estos temas se tratan mejor en persona y aunque será difícil conseguir una rebaja siempre se puede negociar algo.
· Después tendremos que elegir la cantidad que deseamos así como la finalidad del préstamo (este paso es totalmente burocrático ya que a nadie le importa en cierta medida para que quieres tú el dinero).
· Posteriormente elegiremos el plazo en el que querremos devolver el dinero, antes los plazos llegaban a un máximo de 10 años pero hoy en día han llegado a los 20 años e incluso a los 50. Esto hay que valorarlo ya que cuanto más tardes en devolverlo mayor será el interés y dependiendo de la edad que uno tenga puede que el “pufo” le quede a tus hijos o familiares más cercanos.
· Con todos los datos sobre la mesa tendremos unos productos bancarios con diferentes características y será el momento de valorar cual se adapta más a nuestras necesidades, para por último firmar y contratarlo.
Este tipo de contratos necesitan un papeleo bastante grande y es importante informarnos antes de nada para saber que documentación nos va a pedir el banco. Normalmente se necesitará una fotocopia del DNI y el original, fotocopia de las últimas 3 nóminas, un historial laboral y la declaración de la renta del año pasado.
Estos pasos pueden parecer muy simples pero siempre hay que esperar a que el banco de el OK para que puedas firmar ya que ellos tienen que valorar también si les interesa prestarte el dinero o no, antes se lo daban a todo el mundo pero en los tiempos que corren y con la crisis que hay se lo piensan mucho antes de concederlo, por eso siempre es bueno tener en mente otro banco con unas características similares que nos pueda aportar un producto igual o parecido. Y por supuesto recuerda que no puedes aparecer en ninguna lista de morosos o de deudores del tipo RAI, ASNEF…