Mié. Abr 17th, 2024

Hoy vamos a ver qué sucede cuando una pareja tiene un préstamo en común y se divorcian. Y es que esto es más común de lo que parece y en muchas ocasiones puede ser un gran problema a la hora de llegar a un pacto entre ambas partes para llegar a una separación adecuada para ambas partes. 

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Cancelar el préstamo cuando hay un divorcio

Personalmente pienso que es la mejor opción, cancelar el préstamo. Así nos quitamos un problema más de encima y en consecuencia la separación será total y más beneficiosa para ambas partes. Pero la verdad es que no siempre se puede pagar la deuda de golpe, lo que hace que esta opción sea más complicada de lo que parece.

En el caso de que el préstamo haya sido dirigido para comprar un bien al consumo, siempre queda la opción de vender ese bien para satisfacer la deuda y conseguir que cada uno comience su nuevo camino sin ninguna deuda en común.

Custodia compartida del crédito

Otra alternativa que tenemos a nuestra disposición es compartir el crédito, aunque esta no es la opción más recomendada ni la más segura. Realmente solo se recomienda esta opción cuando la separación es amistosa, cosa que en la gran mayoría de ocasiones no suele suceder.

En este caso la pareja llega a un acuerdo en la cual cada una de las partes se compromete a pagar el 50% de las cuotas mensuales que quedan por abonar. En el caso de apostar por esta opción, esto tiene que quedar por escrito en el acuerdo de divorcio. Así ninguno de los dos miembros se podrá retirar de la promesa. Y es que al fin y al cabo, las palabras se las lleva el aire, por lo que mejor que quede todo bien escrito.

Cambiar la titularidad del préstamo a una persona

Es otra opción interesante. En este caso, la deuda solo queda presente en uno de los conyugues, por lo que la otra persona queda totalmente libre de la deuda. Esta opción está bastante bien cuando un bien es material y se lo puede quedar una persona en concreto. Por ejemplo un coche.

Eso sí, para ello hay que llegar a un pacto entre ambas partes y en ocasiones la otra parte puede exigir además de que la otra persona pague la deuda, que le abone parte de lo abonado. Esto ya son cuestiones de llegar a un acuerdo.

Como bien sabrás, si el divorcio es amistoso, llegar a un acuerdo será más fácil que si el divorcio no es amistoso.

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